viernes, 28 de septiembre de 2012

Ignorancia bíblica al predicar con Efesios 6: 1-4


Los versículos de la Carta del Apóstol Pablo a los Efesios, del capítulo 6, son los que muchos pastores sueltan como bandera según ellos para enseñar a los hijos guardar obediencia a los padres, no obstante, en sus fervientes prédicas se olvidan del versículo 4, esta enseñanza debe ser completa pues es un bloque íntegro ¿Vas a dejar de leer el por qué?

El Apóstol Pablo buscó enseñar tanto a padres como a los hijos. Primero, él dijo a los hijos “Obedeced en el señor a vuestros padres, que esto es mandamiento con promesa de bienestar y larga vida”; después, se interpuso delante de los padres y escribió: “Vosotros padres, no exasperen, provoquen a ira, molesten, causen enojo, menosprecien, maltraten -o cualquier sinónimo parecido que ayude a entender el significado de esto- a vuestros hijos, formadlos mediante la instrucción y corrección en el señor.

Un padre puede provocar a ira y exasperar a un hijo. Dios quiere que los padres cuiden de sus hijos, sobre todo que les instruyan las enseñanzas de él nos ha dejado para guardarnos del camino malo. Un padre que lleva su familia según los mandamientos de Dios no verá dificultades respecto al comportamiento de sus hijos, Dios lo ilumina para llevarlo a ser un educador respetado y amado en su propia casa.

Los pastores y predicadores de la palabra de Dios no deben esquivar el versículo 4 solo por no saber como expresarlo. No hay parcialidad en los mandamientos del Señor, las enseñanzas que Dios nos ha dejado por sus apóstoles son para los cristianos de todas las edades y jerarquías sociales. Recuerda que no puedes quitarle versículos o añadirlos en los libros inspirados por Dios.

¿Puede un padre resultar bien visto a los ojos de sus hijos? Los hijos ven en los padres un ejemplo, si los padres andan por mal camino los hijos heredarán ese comportamiento, si los padres están siempre airados y muy hirientes e irresponsables con los hijos, ellos atesoran eso en su corazón y con el tiempo la desobediencia llega al hogar.

Ora a Dios siempre, independientemente de que seas cristiano o no, para que el Dios vivo acerque sus ojos a ti y te muestre cuales son tus actitudes negativas de ahora, te ayude a corregir tus acciones negativas y puedas tener alegría en tu casa. Nadie desea una familia destruida y Jesucristo es el protector de tu vida y de tu familia.

Y no provoques a ira o tristeza o depresión a tu hijo o hija. Más bien vuélvete maestro de la vida con tus experiencias, busca que comprendan el mundo y usen como defensa las palabras protectoras del todopoderoso. Distrae tus pensamientos compartiendo horas de esparcimiento y diversión con ellos cuando pueda, no tendrás la misma oportunidad todos los días.

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