Los versículos de la Carta del Apóstol Pablo a los Efesios,
del capítulo 6, son los que muchos pastores sueltan como bandera según ellos
para enseñar a los hijos guardar obediencia a los padres, no obstante, en sus
fervientes prédicas se olvidan del versículo 4, esta enseñanza debe ser
completa pues es un bloque íntegro ¿Vas a dejar de leer el por qué?
El Apóstol Pablo buscó enseñar tanto a padres como a los
hijos. Primero, él dijo a los hijos “Obedeced en el señor a vuestros padres,
que esto es mandamiento con promesa de bienestar y larga vida”; después, se
interpuso delante de los padres y escribió: “Vosotros padres, no exasperen,
provoquen a ira, molesten, causen enojo, menosprecien, maltraten -o cualquier
sinónimo parecido que ayude a entender el significado de esto- a vuestros
hijos, formadlos mediante la instrucción y corrección en el señor.
Un padre puede provocar a ira y exasperar a un hijo. Dios
quiere que los padres cuiden de sus hijos, sobre todo que les instruyan las
enseñanzas de él nos ha dejado para guardarnos del camino malo. Un padre que
lleva su familia según los mandamientos de Dios no verá dificultades respecto
al comportamiento de sus hijos, Dios lo ilumina para llevarlo a ser un educador
respetado y amado en su propia casa.
Los pastores y predicadores de la palabra de Dios no deben
esquivar el versículo 4 solo por no saber como expresarlo. No hay parcialidad
en los mandamientos del Señor, las enseñanzas que Dios nos ha dejado por sus
apóstoles son para los cristianos de todas las edades y jerarquías sociales.
Recuerda que no puedes quitarle versículos o añadirlos en los libros inspirados
por Dios.
¿Puede un padre resultar bien visto a los ojos de sus hijos?
Los hijos ven en los padres un ejemplo, si los padres andan por mal camino los
hijos heredarán ese comportamiento, si los padres están siempre airados y muy
hirientes e irresponsables con los hijos, ellos atesoran eso en su corazón y
con el tiempo la desobediencia llega al hogar.
Ora a Dios siempre, independientemente de que seas cristiano
o no, para que el Dios vivo acerque sus ojos a ti y te muestre cuales son tus
actitudes negativas de ahora, te ayude a corregir tus acciones negativas y
puedas tener alegría en tu casa. Nadie desea una familia destruida y Jesucristo
es el protector de tu vida y de tu familia.
Y no provoques a ira o tristeza o depresión a tu hijo o
hija. Más bien vuélvete maestro de la vida con tus experiencias, busca que
comprendan el mundo y usen como defensa las palabras protectoras del
todopoderoso. Distrae tus pensamientos compartiendo horas de esparcimiento y
diversión con ellos cuando pueda, no tendrás la misma oportunidad todos los
días.
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